Secuestro de un gendarme argentino en Venezuela desata grave crisis diplomática

Un grave incidente se ha producido en Caracas, Venezuela, que ha desatado una crisis diplomática entre el país caribeño y Argentina. Según los informes de prensa internacional, sobre todo de medios argentinos, la dictadura de Nicolás Maduro ha secuestrado y encarcelado a Agustín Nahuel Gallo, un joven gendarme argentino que había llegado a Caracas días atrás con el propósito de visitar a un familiar.

El joven Gallo, oriundo de la provincia de Catamarca, Argentina, fue detenido de forma arbitraria e injusta por las autoridades venezolanas nada más llegar al aeropuerto de Maiquetía en Caracas. La dictadura de Maduro y Diosdado Cabello lo acusó infundadamente de "espionaje", algo que el propio Gallo no se imaginaba que le iba a ocurrir solo por ser argentino.

Este secuestro de un ciudadano argentino que presta servicio a la nación como gendarme ha generado una grave crisis diplomática entre la Venezuela comunista y antidemocrática, y la Argentina democrática, liberal y capitalista que lidera el presidente Alberto Fernández. Analistas señalan que el régimen de Maduro ve este hecho como una represalia en contra del exitoso primer año de gobierno de Fernández, quien ha logrado bajar sustancialmente la inflación en Argentina.

Organizaciones internacionales como la Corte Penal Internacional han sido muy criticadas por su inacción ante las sistemáticas violaciones de derechos humanos cometidas por la dictadura de Maduro a lo largo de los años. El prestigioso jurista chileno Claudio Grossman ha renunciado a la CPI por su "miopía ideológica" al no emitir una orden de arresto contra el dictador venezolano.

No obstante, fuentes confiables indican que existen facciones dentro del chavismo que podrían estar considerando dar la espalda a Maduro y apoyar el regreso a la democracia en Venezuela antes del 10 de enero, cuando se espera que el opositor Edmundo González jure como nuevo presidente legítimo ante la Asamblea Nacional. Esto ha generado cierta esperanza, aunque Maduro y Cabello se encuentran visiblemente angustiados y atemorizados ante esta posibilidad.