La Hija de Amber Portwood Busca Sanar Heridas del Pasado con Terapia

 

Los Ángeles, California - Leah Shirley, la hija de 16 años de la controversial estrella de "Teen Mom", Amber Portwood, ha decidido tomar una importante decisión para su bienestar emocional. La joven ha comenzado terapia para abordar los "problemas de abandono" que ha experimentado debido a la complicada relación con su madre.

 

Leah, quien actualmente vive con su padre Gary Shirley y su familia, ha expresado abiertamente que las experiencias con su madre han tenido un impacto significativo en su vida. "Creo que tengo muchos problemas por todo lo que he vivido con Amber", confesó Leah en un episodio reciente de "Teen Mom: The Next Chapter".

 

La joven ha admitido sentir miedo de ser abandonada por las personas que ama, debido a las experiencias pasadas con su madre. "Siempre tengo miedo de que Kristina (la esposa de Gary) me deje. Siento que siempre voy a ser abandonada sin motivo", reveló Leah.

 

Esta situación ha llevado a Leah a buscar ayuda profesional.  "Quiero superar eso para poder perdonarla y simplemente seguir adelante", dijo Leah, "y creo que tener a alguien que me guíe en cómo perdonar a alguien sería de gran ayuda, porque es difícil para mí hacerlo".

 

Gary, quien siempre ha mostrado su apoyo incondicional a Leah, ha expresado su satisfacción con la decisión de su hija. "Solo quiero que tengas a alguien con quien hablar, un lugar seguro", dijo Gary, "quiero que seas feliz. Te amo".

 

La historia de Leah pone de manifiesto la complejidad de las relaciones familiares y las consecuencias que la ausencia de un padre o una madre puede tener en la vida de un niño.  Es un ejemplo de cómo el impacto del pasado puede influir en la vida presente, pero también es un mensaje de esperanza, ya que Leah ha demostrado su determinación de superar las dificultades que ha enfrentado.

 

Amber Portwood, por su parte, ha sido honesta sobre sus propias luchas con la salud mental.  Ha reconocido las dificultades que ha experimentado para ser una buena madre, pero ha expresado su deseo de reconstruir su relación con Leah.

 

La historia de Leah es un recordatorio de que la sanación es un proceso individual, que requiere tiempo, paciencia y apoyo. Su valentía al buscar ayuda profesional para enfrentar sus emociones es una inspiración para otros que enfrentan situaciones similares.