El silencio de Burgos: un militar colombiano confesó el asesinato de su exesposa

 

 

Burgos, España - La tranquilidad de Burgos se vio sacudida por un macabro hallazgo que conmocionó a la ciudad y al país: el cuerpo sin vida de Andrea Bejarano, una colombiana de 34 años, fue encontrado el pasado 16 de marzo en una zona boscosa a 40 kilómetros de la ciudad.

 

La noticia se propagó rápidamente, convirtiendo a Andrea en el rostro de una nueva tragedia que sacude a España: el feminicidio. Las autoridades confirmaron que la joven había sido asesinada y, tras una exhaustiva investigación, la policía logró esclarecer el crimen: el responsable era su exesposo, un militar colombiano.

 

La última vez que se vio a Andrea con vida fue en su propia casa. Era una mujer querida por la comunidad, trabajadora y dedicada a su hijo de siete años. Sus compañeros de trabajo en el laboratorio de microbiología del Hospital Universitario de Burgos la describieron como una persona amable, responsable y dedicada a su labor.

 

Las primeras sospechas se centraron en su exesposo, con quien Andrea se encontraba en un proceso de divorcio. El hombre, en un acto de cobardía y desesperación, llamó a la policía para reportar la desaparición de su exesposa, pero en su confesión, se delató.

 

Guio a las autoridades hasta el lugar donde había ocultado el cuerpo de Andrea. Su crimen, un acto de violencia sin precedentes, conmocionó a la comunidad y reavivó la lucha contra el feminicidio.

 

Este caso se suma a la alarmante cifra de 47 mujeres asesinadas por razones de género en 2024 en España. En este año, ya se contabilizan cinco casos de feminicidio, dejando una huella de dolor e impotencia en el país.

 

El exesposo de Andrea se encuentra detenido a la espera de juicio. Las autoridades españolas se encuentran investigando los motivos detrás de este crimen y las posibles señales de alerta que pudieron haber pasado desapercibidas.

 

La historia de Andrea es un recordatorio de la lucha constante contra el feminicidio y la necesidad de fortalecer los mecanismos de protección para las mujeres que sufren violencia de género. Su muerte, una tragedia irreparable, debería servir como un llamado a la acción para crear un futuro más seguro para todas las mujeres.