Estados Unidos: Una Familia Separada, Un Sistema Migratorio en Crisis - La Historia de Gladys y Nelson González
Los Ángeles, California, Estados Unidos - La historia de Gladys y Nelson González, una pareja colombiana deportada a su país natal tras 35 años viviendo en Estados Unidos, es un reflejo de la complejidad y la dureza del sistema migratorio estadounidense.
Gladys y Nelson llegaron a Estados Unidos en 1989, huyendo de la violencia del narcotráfico en Colombia. Construyeron una vida en California, criando a tres hijas, trabajando en la comunidad y acogiendo a su primer nieto. Sin embargo, su camino hacia la ciudadanía se vio obstaculizado por una serie de contratiempos legales, errores de abogados y la falta de apoyo del gobierno estadounidense.
En 2000, un tribunal de inmigración determinó que no tenían una base legal para permanecer en el país y se les emitió una orden de salida voluntaria. A pesar de buscar asesoría legal durante décadas, se enfrentaron a la burocracia, el fraude legal y la falta de oportunidades para regularizar su situación. En 2018, un oficial de deportación les informó que era el momento de abandonar el país si su estatus no podía ser legalizado, pero seguían bajo un programa que permitía a las personas con órdenes de expulsión permanecer en Estados Unidos y registrarse anualmente.
Sin embargo, el 21 de febrero, durante una cita en un tribunal de inmigración en Santa Ana, fueron arrestados y esposados, pasando tres semanas bajo custodia federal antes de ser deportados a Colombia.
"No esperábamos que fueran aprehendidos y detenidos. Y de nuevo, ya no es realmente exclusivo de ellos. Está sucediendo en todo el país", dijo Monica Crooms, una abogada de inmigración que trabajó con la pareja desde 2018. Crooms señala que los recientes cambios en la política de inmigración bajo la administración Trump han creado un ambiente más hostil para los inmigrantes, con un aumento en las detenciones y deportaciones.
La hija de la pareja, Stephanie González, expresó su conmoción e indignación por la forma en que se llevó a cabo la deportación, señalando que sus padres siempre han contribuido a la sociedad estadounidense. "Mis padres amaban este país, sacrificaron todo su dinero para tratar de obtener la ciudadanía, pero el sistema les falló", dijo Stephanie a CNN. "Deberían, en el peor de los casos, haber tenido la dignidad de arreglar sus asuntos y volar de regreso a un país en el que no han vivido desde la década de 1980, y no haber sido arrojados a un centro de detención que no es más que otro nombre para una cárcel, sin saber cuándo serían liberados".
La familia González ha comenzado a reconstruir su vida en Colombia, pero la deportación ha dejado una profunda herida en sus corazones. Stephanie aún mantiene la esperanza de que sus padres puedan regresar a Estados Unidos algún día, pero reconoce que esto es un proceso complejo y que les tomará al menos 10 años.
El caso de los González es una historia de lucha, decepción y separación familiar. También es una historia sobre la complejidad del sistema migratorio estadounidense y las consecuencias que puede tener para los inmigrantes, incluso para aquellos que han vivido en el país durante décadas y se han integrado a la sociedad.
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