Google Acepta Pagar US$28 Millones para Resolver Demanda de Discriminación Racial

 

 

Mountain View, California - En un movimiento que podría tener repercusiones en la industria tecnológica, Google ha accedido a pagar US$28 millones para resolver una demanda colectiva que acusaba a la empresa de discriminación racial en sus prácticas de contratación y remuneración.

 

La demanda, presentada en nombre de empleados hispanos, latinos, indígenas, nativos americanos, indios americanos, nativos de Hawai, de las islas del Pacífico y nativos de Alaska de Google, alegó que la empresa favorecía a los empleados blancos y asiáticos, pagándoles más y ubicándolos en puestos más elevados que a otros trabajadores.

 

La demandante principal, Ana Cantu, quien se identifica como mexicana e indígena, afirmó que, a pesar de su excelente trabajo durante siete años en Google, fue relegada en el mismo nivel de trabajo, mientras que sus compañeros blancos y asiáticos recibían aumentos y ascensos.

 

El acuerdo, que fue aprobado preliminarmente por un juez del Tribunal Superior del condado de Santa Clara, en California, incluye US$20,4 millones en ingresos netos para los empleados afectados, después de deducir los honorarios de los abogados y otros gastos legales.

 

Un portavoz de Google, Courtenay Mencini, confirmó el acuerdo, pero insistió en que la empresa "sigue en desacuerdo con las acusaciones de que tratamos a alguien de manera diferente y seguimos comprometidos a pagar, contratar y nivelar a todos los empleados de manera justa".

 

El caso de Cantu y el posterior acuerdo con Google ponen de manifiesto la creciente preocupación por la discriminación racial en el sector tecnológico. La industria, a menudo criticada por su falta de diversidad e inclusión, está bajo una intensa presión para demostrar que está comprometida con la creación de un entorno de trabajo más equitativo para todos sus empleados. El acuerdo con Google marca un paso importante en esta dirección, pero queda por ver si este caso sienta un precedente para futuras demandas y si, realmente, se traduce en un cambio real en las prácticas de contratación y remuneración dentro de la empresa.