Rusia avanza en Kursk, amenazando la última carta de negociación territorial de Ucrania

 

Moscú/Kiev - La situación en la región de Kursk, Rusia, se ha vuelto crítica para Ucrania. Las fuerzas rusas, apoyadas por tropas norcoreanas, avanzan con fuerza en el territorio que Ucrania conquistó en agosto de 2024, lo que amenaza la última carta de negociación territorial de Kyiv en la guerra.

 

La incursión en Kursk, la primera invasión terrestre de Rusia por parte de una potencia extranjera desde la Segunda Guerra Mundial, había tenido como objetivo desviar los recursos de Moscú de los frentes de batalla en el este y asegurar una posición estratégica de negociación.

 

Sin embargo, la situación ha dado un giro dramático. Blogueros militares de ambos bandos informan que Ucrania está perdiendo terreno. Según fuentes ucranianas, las fuerzas rusas han utilizado un gasoducto para realizar un ataque sorpresa en la ciudad de Sudzha, cerca de la frontera. La defensa rusa afirma que, en los últimos días, han capturado cuatro asentamientos en la región.

 

La presión sobre Ucrania para negociar la paz se intensifica. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha suspendido la ayuda militar y la inteligencia a Ucrania, exigiendo un alto el fuego. Las fuerzas rusas, con el apoyo de las tropas norcoreanas, ahora se centran en Sudzha, un punto crucial para el suministro de las fuerzas ucranianas en Kursk.

 

La situación logística en la región se está volviendo crítica, según varios blogueros militares ucranianos, lo que dificulta la defensa. Algunos sugieren que la incursión en Kursk, inicialmente considerada una baza estratégica, podría haber llegado a su fin.

 

La pérdida de Kursk para Ucrania sería una gran derrota. No solo pondría en riesgo la capacidad de mantener una posición de negociación sólida, sino que también podría tener consecuencias desastrosas para las tropas ucranianas en la región.

 

La batalla por Kursk es crucial para el futuro de la guerra. El avance ruso pone en jaque las estrategias de Ucrania y obliga a la nación a reconsiderar sus opciones. La próxima semana se espera que las negociaciones entre Rusia y Ucrania se reanuden en un contexto tenso, con las esperanzas de paz en la cuerda floja.